domenica 8 aprile 2012

Experiencias barinenses


Tengo cerca de cuatro meses en Barinas, para echar una mano a fray José Luís, párroco en una parroquia cuyo territorio es muy vasto, quien se ha encontrado sólo debido a la operación a corazón abierto de fray Edisson, atendido por fray Javier, el otro fraile de esta comunidad. ¿Cuánto aún me quedaré? No sabría. Supongo unos meses más, hasta que Edisson no se reponga completamente. Ya sé que me costará dejar esta comunidad, en la que me estoy insertando siempre más y con la cual me estoy encariñando, conociendo personas y situaciones, creando relaciones humanas y ambientales. El pasaje natural del extravío frente a un territorio y a gente que aún no se conocen y no pertenecen a tu hábitat, al sentir que van asumiendo siempre más las connotaciones de la familiaridad acogedora.

¿Cómo estoy viviendo esta experiencia? Casi como vicario parroquial, con celebraciones sacramentales y otras cosas que se presentan. Todo es de armonizar con los compromisos de custodio. Sin embargo, hasta ahora no he tenido excesivas dificultades. Por lo general celebro en las capillas que dependen de la iglesia principal. Cada capilla abarca un territorio grande, digno de ser parroquia autónoma, aunque la frecuencia no es muy alta, y el número de sectas evangélicas es notable.
Casi todos los sábados administro los bautismos en la iglesia principal dedicada a “María Auxiliadora”. A menudo celebro la Eucaristía para las comunidades neocatecumenales. El domingo nos tocan tres misas por cada uno. Como decía, a mi generalmente en las capillas de “S. María de la Esperanza”, “S. Francisco” y “Nuestra Señora de Fátima” en Mi Jardín. Durante esta Semana Santa estoy celebrando en los barrios de Punta Gorda y Mi Jardín, en sus respectivas no-capillas, al aire libre, con un techado en láminas, que cubre el puro altar en Mi Jardín. Normalmente los compromisos son sobretodo postmeridianos: confesiones a las 5.00 pm y misa a las 6.00 en Punta Gorda; misa a las 7.00 pm y confesiones hasta las 9.30 cerca en Mi Jardín. Durante el Triduo Santo los horarios varían, alargándose (anoche, Jueves Santo, he terminado de confesar a las 10.30 pm). También celebré mi primero matrimonio en Venezuela. Ha sido bastante improvisado, aunque todo ha salido bien. Una tarde me había predispuesto para celebrar una misa común y corriente. Homilía genérica, preparada para todos los fieles. En la sacristía, cinco minutos antes de salir, me dicen que hay un matrimonio y que fray Luís se había olvidado avisarme. Pánico… sin embargo, ¿qué podía hacer sino celebrarlo? Al final todo ha salido mejor de lo esperado.

Jueves Santo: la mesa
Jueves Santo: el cochinito













¿Qué puedo decir de la experiencia barinense? Con el guardián párroco me encuentro muy bien. A nivel social, hay grandes problemas de inseguridad y crisis de valores, como en toda Venezuela. Sin embargo la gente es encantadora. Muchos ya pertenecen a mi panorama visual y afectivo. Por supuesto es todo otro mundo con respecto al seminario… Me ha sucedido “percibir” sensaciones breves, fuertes y contradictorias durante unas celebraciones en las capillas. A veces, mirando la noche afuera, la poca gente presente, me pregunto qué hago yo aquí. Qué ha pasado a mi vida por estar viviendo en lugares, culturas y contextos tan diferentes de los míos ítalo-pulleses. Siento como un improviso, punzante y brevísimo sentido de extravío… Me ha sucedido también de percibir una breve y, a la vez, honda paz interior, un domingo, después de la comunión, mientras los jóvenes cantaban un canto, yo mirando en la calle pasar una camionetica amarilla y unas bicicletas, y las matas de aguacate, coco y mango más allá del muro al frente. Instantes, que pero me han hecho sentir como los apóstoles sobre el Tabor, o el jesuita T. De Chardin celebrando su “misa sobre el mundo”. Momentos de sosiego y alegría, que me ayudan a entender que estoy viviendo mi presente. ¿¿Es aquel querido por Dios?? Lo espero… o me esfuerzo para que sea así.
Maria Auxiliadora: ingreso interno

Maria Auxiliadora: presbiterio

  


Babo
Entre las “cosa curiosas”, hay que probé algo típico de la cocina “llanera”: la carne de “babo”, de la familia de los caimanes, que puede alcanzar los dos metros de largo. Además de la carne de chigüire y lapa, que sin embargo había ya comido. Bueno, ¡Me gustan! Y pescado de río (cachama, coporo, bagre…), más abundante, económico y común que en seminario. Hoy, Jueves Santo, primer día del triduo pascual, en el cual se celebra la institución del sacerdocio y de la Eucaristía,
Lapa
 además del mandamiento del amor que se torna servicio concreto, humilde, liberador. Hemos celebrado este día tan especial junto a unos colaboradores de la parroquia y algunos laicos del Táchira, quienes nos ayudan en la pastoral de Semana Santa. Nos regalaron un cochinito, cuyo desenlace ha sido el horno y nuestros paladares. He gustado piel y manteca sofritas. ¡¡Un manjar!! Será porqué me recuerdan sabores antiguos, de mi infancia. Luego, los laicos misioneros han querido celebrar el día del sacerdocio con una torta y regalos: un par de sandalias para fray José Luís; una agenda para mí. Gesto bello e inesperado.

Bien, no me queda más que desear una Santa Pascua para todos. El Señor resucitado llene sus días de Su presencia, de la paz y alegría que sólo Él puede otorgarnos. Un besote y abrazo grandes a todos y cada uno.

Con Sorleth
Sábado Santo en la finca

Sábado Santo en la finca
Sábado Santo en la finca - Cachama

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